Filmdiez

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viernes, 11 de junio de 2010

El Graduado


Algunas personas siempre dicen eso de que el cine de antes era mucho mejor que el de ahora. Al acabar de ver "El Graduado", comencé a pensar que puede que tengan razón. Siempre que ando por filmaffinity me sorprende ver las notas tan altas de las películas de antaño en relación con las de ahora. Pero...¿Porqué sucederá esto?. Pienso que, en parte, es el magnífico cine de antes el que tiene la culpa pues exprimió todos los géneros y temáticas con tal brillantez que el cine de ahora no puede presentar más que atisbos de la belleza cinematográfica que se hacia entonces.
Esto ocurre con El Graduado, una preciosa película de 1967 con la que se cumple lo anterior. Al ver la película, me sorprendió encontrarme al final de la misma con varios tópicos más que vistos, me refiero a cuando Benjamin Braddock persigue a la amada, el coche para inoportunamente, sigue corriendo y corriendo para llegar a tiempo a la iglesia, el final del autobús... . Todos hemos visto mil veces escenas muy similares, sino recordad en Los Simpsons al abuelo Abe chillando en la iglesia "Señora Bouvieeeer...Señora Bouvieeeer". Esta no es más que una parodia del final de El Graduado que nos hace comprender la importancia de la película. Fue entonces cuando lo comprendí, no es un tópico lo que aparece en El Graduado, sino el porqué de esos tópicos, su razón de ser. Aquí está tan bien llevado que es imposible que disguste.
Al final, llegué a la conclusión de que el cine actual intenta imitar facetas del cine de otros días, pero resulta imposible, películas como El Graduado, El Golpe y muchas otras son únicas e inimitables.
Esta película supuso el inicio de la carrera de Dustin Hoffman...y vaya inicio. Nunca he visto un personaje mejor caracterizado y realizado que el de Dustin Hoffman en El Graduado. Tremenda interpretación. Benjamin Braddock, el protagonista, se hace de querer al momento, pues al principio nos compadecemos por su situación, nos reímos de su torpeza y verguenza al tratar con Mrs Robinson pero acabamos admirandolo por la valentía y perseverancia que demuestra cuandp se le plantea el grave problema de la película. El personaje se nos antoja muy real, y ese es el verdadero logro de la interpretación del primerizo Hoffman.
A los que ya hayan visto la película seguro que les sorprenderá saber que el encargado de interpretar a Benjamin Braddock iba a ser el mismísimo Robert Redford pues era físicamente igual que el personaje que detalla Webb en la novela en la que se basa la película. Sin embargo, el director (Mike Nichols) no estaba convencido y decidió despedir a Redford. Cuando éste fue a pedirle explicaciones, Nichols dijo: "Mira, a ver...¿Alguna vez te ha ido mal con alguna chica?". El actor respondió, asombrado: "¿Qué quieres decir?". Y Nichols remató: "Eso es justo lo que quiero decir".
Sorprende que dejaran a tan fantástico actor y apostaran por un desconocido, pero sin duda la jugada les salió de maravilla, con todos mis respetos a Robert Redfort, pues nadie podría haber hecho mejor trabajo que el que hizo Hoffman interpretando a Benjamin.
En cuánto al argumento de la película, es sencillo y atractivo, no posee vicisitudes ni complicaciones. Benjamin Braddock acaba de graduarse y pasará unas semanas en su casa, donde empieza a preocuparle su futuro. Sin embargo, la aparición en su vida de los encuentros con la señora Robinson le despeja y le hace pensar de otro modo, le hace de alguna forma feliz. A pesar de ello, no será la señora Robinson la que enamore a Ben y desencadene toda la trama final, sino su hija.
Si hablamos de los demás personajes, la verdad es que no disgusta ninguno. Los más destacables tras Ben son Mrs Robinson y Elaine Robinson, bien interpretadas y que destacan en la película gracias al carácter de la primera y la belleza de la segunda.
En resumidas cuentas, preciosa película que nos cuenta como un joven se salva gracias a la locura. El personaje de Benjamin Braddock os gustará de veras si la véis pues nos recuerda a veces al tipo que todos queremos que salga de nuestro interior y tenga agallas para hacer cualquier locura, pero que no suele salir. Eso para mí es lo verdaderamente bonito de la película, la evolución del personaje desde el comienzo hasta el final. Como aliciente añadido, la música. Las canciones de Simon y Garfunkel dan más belleza si cabe a la película. La parte en la que Ben conduce desesperadamente en busca de Elaine, intercalando escenas en las que sigue intentando saber dónde está , es mi favorita gracias al tema Mrs Robinson.
Muy buena, véanla.

domingo, 6 de junio de 2010

¿Por qué ver cine?


Una conversación se repite aveces con mis amigos:
- Y tú, tio, ¿por qué no ves cine?
- ...¿cine?...nose, no tengo tiempo
ó
- no me gusta el cine, me aburre
ó
- ....tengo mejores cosas que hacer

Si sois de estas personas, escuchadme, ilusos. Nadie ve El Padrino y piensa: "Joder, que larga se me ha echo, vaya rollo", nadie ve El Club de la lucha y dice: "Pues vaya rollo, ¿al final Pitt y Norton serían el mismo?", nadie acaba de ver Pulp Fiction y se lamenta por no haber estado horas y horas frente al Tuenti en vez de ver la película. Opiniones fundamentadas, si alguien me dice que no le gustaron esas pelis le compadeceré y entonces sí creeré que de veras no le gusta el cine. Tampoco vale eso de ver Flubber, Señora Doubtfire o esa clase de basura que echan a las 16:00 en la tele y entonces opinar mal sobre cine.
Para mí, existen cuatro tipos de películas: insoportables, malas, buenas e inolvidables.
Aunque siempre hayáis visto películas de los dos primeros grupos, con que solamente veáis unas cuántas de los dos últimos, os haréis una idea de lo que es el cine: una industria, tal vez en decadencia, que casi siempre muestra su cara comercial y sin fundamento pero que, a veces, crea verdaderas joyas y se convierte en puro arte.
¿Queréis motivos para ver cine?
El cine marca, algunas películas te acompañan siempre, las recuerdas y sonríes porque, cuando las ves, de alguna forma, pasan a formar parte de ti: dices frases de esas películas, te sientes afín con sus ideas, recuerdas a sus protagonistas y deseas su existencia, pero sobretodo, das gracias a Dios por haberlas visto.
Cuando eres pequeño, creces con El Rey león, Merlín el encantador o Robin Hood, e incluso cuando las ves de nuevo pasados años y años las vuelves a disfrutar y comprendes porqué te gustaban tanto. LLega la juventud, la adolescencia, y El Club de la Lucha, Trainspotting y otras del estilo te dan que pensar, algunas de ellas despiertan pensamientos ya olvidados por la juventud: vivimos bien pero...¿es esta la vida que queremos?, ¿es esta una sociedad ejemplar para las generaciones venideras, tan comercial, superflua y apestante? ¿No nos estaremos engañando...?
Hablo de pensamiento en sí mismo, no las chorradas con las que la juventud a la que pertenezco ocupa sus malgastadas cabezas. Por ello es bueno tener cine que de vez en cuando nos de razones para pensar.
Pero...¿Porqué veo yo cine? Simplemente porque me esfuerzo por ver buen cine, películas que, al verlas, pienso: "Madremia, lo que se pierde la gente que no la ha visto". Por este motivo no quiero perderme ninguno de estos pensamientos, no quiero perderme ninguna película "inolvidable". Seguiré buscando y viendo esas películas hasta el final, continuaré siempre viendo cine. Algunas veces será magnífico y otras, irremediablemente malo. Pero, al fin y al cabo el cine es igual que la vida, un cúmulo de errores con pocos pero bellos aciertos.
¡Saludos!